Warning: Undefined array key "cod" in /home/c2011696/public_html/articulo/furor-en-playas-argentinas-y-brasilenas.-el-nuevo-deporte-acuatico-que-no-depende-de-las-olas.php on line 24 Furor en playas argentinas y brasileñas. El nuevo deporte acuático que no depende de las olas - FM Horizonte 91.7
Generales

Furor en playas argentinas y brasileñas. El nuevo deporte acuático que no depende de las olas

MAR DEL PLATA. Primero fuerza de brazos en tierra, con inflador en mano, para cargar aire en esa vela que, aguas adentro y según la posición en que se la despliegue, requerirá de bíceps potente...

MAR DEL PLATA. Primero fuerza de brazos en tierra, con inflador en mano, para cargar aire en esa vela que, aguas adentro y según la posición en que se la despliegue, requerirá de bíceps potentes y puños firmes cuando se convierta en motor y timón, todo al mismo tiempo. Con el viento consolidado como combustible se avanzará en esa marcha que, mientras haya contacto directo de tabla con agua, será un paseo y luego multiplicará velocidad en la medida que se suspenda hasta casi un metro de altura.

No es windsurf pero se le parece. Tampoco es kitesurf, pero tiene algunos puntos en común. Es wingfoil que, como no podía ser de otra manera, nació hace un tiempo en Hawaii de la mano de surfistas que buscaban alternativas cuando las olas daban una tregua y ellos se resistían a estar mucho tiempo sin hacer de las suyas en el mar.

El invento requirió una combinación perfecta de diseño y tecnología para que ir parado sobre esa tabla más pequeña que las de surf y windsurf, pero más grande que las de kite, asegurara estabilidad. No es tan sencillo.

Marcelo Galindo lleva más de 40 años de piruetas entre olas, pero recuerda los tumbos y caídas que le costaron sus primeras experiencias en el surfoil (similar al wingfoil, pero sin vela) primero, y en el wingfoil después. Era cada vez más complicado. “Hay una combinación de equilibrio que requiere del empuje del viento y la dirección que uno tiene que dar con la vela”, cuenta a la nacion antes de aventurarse frente a la península rocosa de Waikiki.

De un tiempo a esta parte, los equipos de wingfoil se ven cada vez más por las costas argentinas, aunque han proliferado a mayor velocidad en espejos de agua dulce, tanto en ríos como en lagunas, donde tienen superficie para recorrido y solo dependen del viento para que los empuje.

Eso sí, el boom no es solo local. Paloma Gutiérrez es argentina pero reside en Brasil. Familiarizada con los deportes de vela desde chica, aprendió wingfoil en 2022, en San Isidro, y en menos de un año ya se había convertido en instructora. “Es un deporte muy nuevo, cuando empecé no había casi nadie en el río que lo practicara, así que buscaba información en internet”, cuenta Paloma, de 22 años.

Primero enseñó en Puerto Tablas, en San Isidro, y luego viajó a Estados Unidos y Bahamas. Hoy, es instructora en Jericoacoara en el estado de Ceará (nordeste de Brasil). “Me encanta la versatilidad de este deporte, es muy adaptable, lo podés hacer en cualquier playa y en diferentes condiciones climáticas, lo importante es tener el equipo correcto”, dice y agrega que, en su opinión, esa es una de las razones por la que creció tanto.

“Es un equipo cómodo para transportar, la vela es chica y se infla”, suma. Aún así, Paloma advierte que es más difícil que el kite y el surf y que ese es un punto a tener en cuenta. “Es una experimentación de equilibrio y balance que no podés comparar con otras cosas, aprenderlo es un desafío”.

Requisitos

Para practicar wingfoil se requiere una tabla de no más de 1,40 metros de largo que en su cara superior tenga dos abrazaderas sobre las que calzarán los pies. Cuanto más justos, mejor. Más grande la tabla, mayor posibilidad de estabilidad y mejores condiciones para principiantes.

En la cara inferior está el secreto para aprovechar al máximo la energía hidráulica del mar. A diferencia de las de surf y windsurf, que tienen quillas de hasta 30 centímetros, las de wingfoil llevan una pieza vertical que se llama mástil y mide casi un metro. Su extremo superior calza contra la tabla y el inferior empalma sobre otra transversal llamada fuselaje, que unirá en forma de hache a las denominadas ala delantera y ala trasera. Ese conjunto que se hunde y se asoma casi por completo sobre el agua está construido en carbono, que es importado y representa la mayor inversión del equipo.

Marcelo Galindo, que tiene un gran recorrido en surf, cuenta que él se fabricó su propia tabla y se las ha hecho a terceros. El valor ronda los 1000 dólares. La vela, también importada, cotiza unos 800 y el foil de carbono no se consigue por menos de 1500, siempre en el exterior. “Es de los deportes más caros de esta rama”, dice Galindo sobre las variantes que aprovechan las olas.

Como Paloma, él destaca que haber practicado surf es una muy buena base, pero el wingfoil es aún mucho más exigente y requiere una práctica perseverante hasta encontrar mecanismos y sincronía de los movimientos que permitan desplazarse al ritmo de la ola, virar, girar o saltar.

“Genera una condición de equilibrio raro, distinto al de otros deportes de tabla, y complica hasta a los surfistas experimentados”, aseguraa la nacion sobre esta práctica tan reciente que excepcionalmente encuentra escuelas donde aprender. Es más probable conseguir profesores de surfoil.

Aquí la vela, a diferencia del windsurf que contempla y exige el uso de arnés, apenas está sostenida por una pita con abrojo a la muñeca. Es la única garantía para que el viento no se la lleve. Y también, a favor frente a la de windsurf, es mucho más fácil de levantar cuando hace “sopapa” al entrar en pleno contacto con el agua.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sabado/furor-en-playas-argentinas-y-brasilenas-el-nuevo-deporte-acuatico-que-no-depende-de-las-olas-nid12012024/

Comentarios
Volver arriba